La dependencia emocional no es buena porque todo ser humano tiene que desarrollar su autonomía y su independencia en la toma de decisiones. Depender de los demás te hace ser más vulnerable porque te lleva a perder el control y las riendas de tu propia vida.
Cambia tu perspectiva de la realidad
Cuando existe una situación que se repite con frecuencia en tu vida y que te hace sufrir, cambia tu punto de vista sobre el tema. No afrontes este asunto como una limitación en tu vida sino como una oportunidad de crecimiento.
Piensa en qué puedes hacer tú
Si un amigo con el que habías organizado un plan que te hacía mucha ilusión te ha dado plantón en el último momento, en vez de quedarte en casa sin hacer nada, improvisa un plan tú. Puedes ir al cine, tomar algo en una cafetería, hacer una visita… Lo importante es que ese momento de decepción no te arruine toda la tarde. Fuérzate a ti mismo a hacer esas cosas que no haces por poner la excusa de que no tienes con quién llevarlas a cabo. Ha llegado el momento de cortar las cadenas.
Asume tu forma de ser
No te castigues a ti mismo por los sentimientos de contradicción que surgen en tu interior respecto de una persona. Asume con naturalidad la complejidad de la mente humana que afronta constantes contradicciones. Escucha tus sentimientos en cada momento, pero date tiempo para meditar sobre los mismos y reflexionar sobre qué quieres hacer. De lo contrario, corres el riesgo de dejarte llevar por el impulso de hacer algo que no quieres en realidad.
Suelta la cuerda
Suelta la cuerda a la que te estás agarrando con fuerza por miedo a afrontar tu autonomía. Deja de seguir atado a algo para ganar confianza en ti mismo.
Consejos para no depender de los demás
La dependencia emocional no es buena porque todo ser humano tiene que desarrollar su autonomía y su independencia en la toma de decisiones. Depender de los demás te hace ser más vulnerable porque te lleva a perder el control y las riendas de tu propia vida.
Cambia tu perspectiva de la realidad
Cuando existe una situación que se repite con frecuencia en tu vida y que te hace sufrir, cambia tu punto de vista sobre el tema. No afrontes este asunto como una limitación en tu vida sino como una oportunidad de crecimiento.
Piensa en qué puedes hacer tú
Si un amigo con el que habías organizado un plan que te hacía mucha ilusión te ha dado plantón en el último momento, en vez de quedarte en casa sin hacer nada, improvisa un plan tú. Puedes ir al cine, tomar algo en una cafetería, hacer una visita… Lo importante es que ese momento de decepción no te arruine toda la tarde. Fuérzate a ti mismo a hacer esas cosas que no haces por poner la excusa de que no tienes con quién llevarlas a cabo. Ha llegado el momento de cortar las cadenas.
Asume tu forma de ser
No te castigues a ti mismo por los sentimientos de contradicción que surgen en tu interior respecto de una persona. Asume con naturalidad la complejidad de la mente humana que afronta constantes contradicciones. Escucha tus sentimientos en cada momento, pero date tiempo para meditar sobre los mismos y reflexionar sobre qué quieres hacer. De lo contrario, corres el riesgo de dejarte llevar por el impulso de hacer algo que no quieres en realidad.
Suelta la cuerda
Suelta la cuerda a la que te estás agarrando con fuerza por miedo a afrontar tu autonomía. Deja de seguir atado a algo para ganar confianza en ti mismo.